
01 Jul Cocinar sin sal… pero con mucho sabor
Muchas veces, por razones de salud como hipertensión o retención de líquidos, nos vemos obligados a reducir o eliminar la sal de nuestras comidas. Pero eso no significa que tengamos que resignarnos a platos aburridos o sin gracia. El secreto está en aprender a realzar el sabor con otros recursos que tenemos a mano: hierbas, especias, cítricos y técnicas de cocción.
Las hierbas frescas como el romero, el tomillo, la albahaca o el orégano aportan aroma y frescura. Si las tenés secas, también funcionan, solo recordá agregarlas antes para que suelten todo su perfume. Las especias son otra aliada poderosa: cúrcuma, comino, pimentón, pimienta, coriandro o canela en ciertas preparaciones pueden transformar un plato entero. El ajo, la cebolla, el jengibre o el apio no solo aportan sabor, sino también textura y carácter.
Además, los cítricos (limón, lima, naranja) y los vinagres (de manzana, de vino, balsámico) ayudan a potenciar el gusto natural de los alimentos. Una cocción lenta o al horno puede concentrar sabores sin necesidad de sal.
Un truco de oro: cuando cocines sin sal, dale más importancia al umami, ese “quinto sabor” que encontramos en los tomates secos, los champiñones, las berenjenas asadas o incluso en una buena levadura nutricional.
Cocinar sin sal puede ser un reto… ¡pero también una aventura!
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