Historia Culinaria: Las garrapiñadas

Historia Culinaria: Las garrapiñadas

Las garrapiñadas son uno de los dulces más emblemáticos de nuestro país, irresistibles por su sabor y textura crujiente. Se trata de frutos secos, generalmente almendras, cubiertos con una capa de caramelo hecho a base de azúcar caramelizado. Este recubrimiento no solo endulza el fruto, sino que también le da una textura crujiente y un color oscuro, creando una combinación perfecta de sabores.

Aunque la receta tradicional utiliza almendras, la innovación ha permitido que hoy podamos encontrar pipas, cacahuetes, pistachos o incluso coco garrapiñado, convirtiéndolos en un ingrediente ideal para ensaladas, helados o yogur, aportando un toque crujiente y especial.

El origen de las garrapiñadas sigue siendo incierto, pues no existen documentos que certifiquen su creación exacta. Sin embargo, algunos creen que su origen podría remontarse a la región de Provenza, en Francia, donde existe un dulce similar llamado croquant, hecho con almendras, miel y azúcar. También se sabe que en el Antiguo Egipto ya se utilizaba miel para conservar frutos secos.

En España, se dice que el origen de las garrapiñadas se encuentra en Briviesca (León), donde un feriante popularizó este dulce. Se cree que el feriante ofrecía pequeñas muestras para atraer a la gente a los juegos de feria, y con el tiempo, se asoció con la tradición local. Hoy en día, las garrapiñadas siguen siendo parte fundamental de nuestras fiestas y ferias, embriagando el aire con su dulce aroma desde los puestos ambulantes, acompañadas de manzanas caramelizadas y algodones de azúcar.

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